Por Juan Diego Tello Palacios

Jugador profesional de baloncesto

Fotos Internet – redes sociales Juan Diego Tello – Fiba – Fecolcesto

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Encestando Sueños

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El baloncesto me ha brindado todas las bendiciones, me ha llevado a conocer el mundo y me ha dado todo lo que soy. Durante mi carrera he  encontrado grandes amigos que se han convertido en parte de mi familia.    Vestir nuevamente la camiseta de la selección Colombia en la Copa América de baloncesto, después 18 años, representó un sentimiento indescriptible. Estar en mi país, en mi ciudad, con mi familia, con mi madre, me llenó de mucha felicidad y gran orgullo.

La ficha:

  • Jugador colombiano más destacado de la historia del baloncesto internacional
  • Fecha y lugar de nacimiento: Medellín el 11 de mayo de 1985. 32 años.
  • Estatura: 2,06 metros
  • Posición: Ala-pívot
  • Club actual: Neptunas de Lituania

Clubes

  • 2008–2009 CB Vic. Segunda división España
  • 2009–2011 UB La Palma. Segunda división España
  • 2011–2012 CB Gran Canaria. Primera división España
  • 2012-2013 JSF Nanterre. Francia
  • 2013–2014 BC Lietuvos rytas Lituania
  • 2014–2016 Pınar Karşıyaka Turquía
  • 2016-2017 Tofaş S.K. Turquía
  • 2017-presente. BC Neptūnas Klaipėda. Lituania
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[text_marquee title=»El paso por las canchas » title_color=»#357ebf»]

Empecé a jugar a los 11 años de forma particular, pues mi madre María Cevera, iba en un bus para la casa luego terminar su jornada laboral. Ella mide 1.90 metros razón por la que un señor también de alta estatura le hizo la broma, “las personas tan altas necesitan limosinas porque no caben en los buses”; él resulto ser un entrenador de baloncesto.

 

Empezaron a conversar y le preguntó si tenía hijos, alo que ella respondió – claro, uno de 11 años que mide 1.70, – entonces compartieron teléfonos y le dijo que quería hablar conmigo. Días después nos reunimos y Don Ángel me dijo, vas a ser el mejor jugador de Colombia, vas a llegar a los Estados Unidos y vas a recorrer el mundo.

Lo primero que pensé era que estaba loco, porque el baloncesto no me gustaba y mucho menos había tocado una pelota naranja. A esa edad jugaba fútbol y era lo único que disfrutaba.

 

Pero a pesar de ello, seguimos sus consejos, me envió directamente a la selección de Antioquia con Luis Fernando Montoya, quien entrenaba sólo los sábados.  Era muy malo y por ello empecé a frustrarme. A los dos meses decidí retirarme porque no era capaz de hacer todas las jugadas y trucos que hacían los demás chicos.

Mi madre empezó a motivarme nuevamente, me decía que viera el baloncesto como  diversión, que disfrutara de los entrenamientos y el juego… Así lo hice y pasado un año, ya era uno de los mejores jugadores de Colombia. Esto me dio el cupo para representar al país en el Campeonato Suramericano Sub16 en Chile en 1999, cuando solo tenía 14 años.

 

En este torneo uno de mis mejores partidos fue contra Argentina. Recuerdo que todo me entraba, anote como 35 puntos. Cuando regresamos a Colombia empezaron a llegar llamadas de equipos profesionales de Argentina para ofrecerme contratos, aunque yo estaba dispuesto a irme para empezar a ganar dólares, mi madre se opuso a pesar de que nuestra situación económica era bastante baja y era una forma de cambiarla.

Pasado un tiempo, un scout de la NBA de nombre Lisandro Miranda, habló con mi madre para que yo pudiera ir Estados Unidos a estudiar y jugar baloncesto, y ella dio su aprobación. A Lisandro le tomó más de un año encontrar un High School que me diera la oportunidad, porque no entendían como un jugador tenia tales capacidades siendo de un país donde el baloncesto no se referencia como bueno.

 

Buscando y buscando opciones, Lisandro llegó a New York al Our Savior New American, y fue allí donde me dieron la oportunidad de llegar a los 15 años pero no era por el baloncesto, era más bien por ayudar a un pobre colombiano a salir adelante y conseguir sus sueños.

Llegue al hogar de una familia de norteamericanos que no hablaban nada de español – y yo mucho menos nada de inglés -, el apoyo de ellos fue maravilloso, porque el proceso de adaptación social fue bastante duro. Dejar a mi madre, mi país, mi gente; además de no contar con las facilidades para contactarse con las personas me marcó mucho. 

 

El nivel del baloncesto era muy alto, pero iba tan enfocado y con la convicción de hacer las cosas bien, que no se me hizo difícil hacerme un lugar y mostrarme. Jugué las tres primeras temporadas con mi High School y fui el jugador más valioso (MVP) en tres de las divisiones, todo este proceso logró ponerme entre los 15 mejores jugadores de mi edad en todo el país y a la vista de las mejores universidades.

Llegaron propuestas tentadoras, pero al final me decidí por la Universidad de Louisville en el estado de Kentucky. Ellos cuentan con un programa deportivo y académico bastante ambicioso, además tenían a Rick Pitino, entrenador que hace parte del salón de la fama por llevar a tres Universidades al final four (Providence, Kentucky y Louisville). El me dio todo su apoyo y confianza. Allí estuve del 2004 al 2008 y en el primer año llegamos al Final Four, los cuatro mejores de 365 universidades de todo Estados Unidos.

 

Gracias a mi buen desempeño deportivo en la universidad empezaron a llegar propuestas para jugar en la NBA, aún me encontraba estudiando por lo que Rick me dijo que era mejor esperar un año más, aunque yo tenía la mente puesta en alguno de estos equipos, tomamos la decisión de esperar y poder lograr un contrato con mejores beneficios.

En mi último año de Universidad tuve la oportunidad de entrenar con 7 equipos de la NBA (Cleveland Cavaliers, Boston Celtics, Memphis Grizzlies, Utah Jazz, New Orleans Pelicans, Sacramento Kings y Golden State Warriors) y de jugar la liga de verano con Sacramento Kings y los Milwaukee Bucks, así que mi nombre se pronunciaba entre varios quintetos importantes.

 

Finalmente llegó el momento que más anhelaba, el draft de la NBA en el año 2008 y lastimosamente no llegó ninguna oferta porque los equipos no quisieron arriesgar una inversión por el historial de lesiones complicadas que tuve. Así que hasta ahí llegó mi camino en la NBA. Sentí mucha tristeza y frustración, luego de demostrar que eras el mejor sobre muchos y no llegar a ser escogido fue bastante duro.

Después de esto, con mi representante Andy Miller, que también tiene a varios jugadores de la NBA, tomamos la decisión de ir a Europa y llegar al que se  considera el segundo mejor baloncesto del mundo, el de España. Esto se dio luego de obtener mi título universitario como Comunicador Social.

 

A España llegue al equipo de segunda división CB Vic de Barcelona. De allí pase al UB La Palma también de segunda categoría, por ser uno de los jugadores más valorados en la liga, llegue en mi cuarto año a CB Gran Canaria de primera división. Esto hizo que me convirtiera en el segundo basquetbolista colombiano que llegara a este nivel en este país, después de que Álvaro Teherán hubiera pasado por equipos como Unicaja y Fuenlabrada.

Fue difícil la adaptación al baloncesto español porque es mucho más táctico. En Estados unidos está más enfocado al espectáculo. Tu llegas con la mentalidad de ser figura y no es así, me tomó varios meses entender esto. Llegó el momento de reenfocarme, de moldear mi estilo de juego y aportar mis capacidades, ya que mis condiciones me dan para lanzar, pasar, defender y ser un jugador muy completo, así que era el momento justo para demostrarle al país y a mí mismo que soy uno de los mejores.

 

Pasada la temporada en España llegue al baloncesto francés, donde fui campeón con el Nanterre en 2012; luego fui a Lituania al equipo Lietuvos Rytas, allí tuve la oportunidad de jugar la Euroliga en el primer año y ser el mejor jugador MVP dentro de los 30 basquetbolistas de la historia del país.  Esto fue lo que me ayudó para ir a Turquía donde también quedamos campeones. Las  Ligas Turca, Española y la NBA,  son las más importantes, prestigiosas y mejores pagas.

[blockquote text=»Luego de pasar tres años en Turquía, desafortunadamente hace año y medio tuve una operación de rodilla, la cual frenó el camino en el que iba, pero recuperado completamente logré estar en las mejores condiciones posibles para volver este año a Lituania para iniciar una nueva temporada con un equipo diferente, el Neptūnas Klaipėda. Llego con la plena convicción de hacer las cosas mejor de lo que ya las he hecho. » show_quote_icon=»yes» text_color=»#4887bf»]
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Encesta tus Sueños

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Uno de mis proyectos actuales, que nació del corazón por los jóvenes del país para transmitir el conocimiento y sabiduría que he adquirido a través de toda mi trayectoria deportiva, es “Encesta tus sueños”,  un plan de campamentos con una producción logística que no tiene antecedentes en Colombia.

 

En estos encuentros, nos enfocamos no solo en lo deportivo sino también en la parte humana de los niños y niñas, para que ellos vean que pueden ser exitosos en cualquier ámbito de la vida, que todo se consigue con consistencia y amor. Adicionalmente a los temas deportivos y de recreación, les prestamos servicio psicológico, nutricional y les llevamos presentaciones artísticas.  Así podemos detectar talentos deportivos y a la vez, inculcarles una buena ética de trabajo,  con  seguimiento impulsarlos hacia ligas de Europa o quizás Estados Unidos.

 

“Encesta tus sueños” nació en el 2015 en Medellín. La primera versión fue muy complicada porque lastimosamente no conseguimos apoyo del gobierno y la empresa privada, así que lo hicimos con una inversión propia cercana a los 13 mil dólares.   El segundo fue en Quibdó en 2016, donde llegamos con la intención de lucrarnos sólo con la satisfacción de compartir con los niños y niñas, disfrutando de sus rostros llenos de alegría.

 

Inicialmente queríamos a los 40 mejores deportistas entre niños y niñas del Chocó, pero cuando llegamos, nos encontramos con la gran sorpresa que nos estaban esperando 160. Tuvimos solo una cancha para trabajar, así que organizamos el grupo de trabajo y los implementos para que las actividades programadas fueran un completo éxito.  En la tercera versión para el 2017, quería algo que marcara diferencia, así que contamos con la presencia de entrenadores de Estados Unidos y logramos tener con nosotros a una de las  estrellas de la NBA, Serge Ibaka (Toronto Raptors) quien disfrutó mucho con los niños tras enseñarles técnicas deportivas y compartir algunas de sus experiencias en el baloncesto y en la vida.

Serge logró entre muchas cosas, dejar en la mente de los niños que cuando uno tiene un sueño lo puede lograr así como él lo hizo; a pesar de haber tenido una infancia con muchas carencias, logró llegar a jugar en la NBA y quedar como el mejor jugador defensivo de la temporada que finalizó en mayo de este año.

 

Este proyecto ya empezó a dar frutos. Nos están pidiendo que lo hagamos en varias  ciudades del país, para impactar positivamente a los niños y niñas de todos los rincones a través de un grupo de trabajo que se está capacitando para hacerlo cada vez de manera más exitosa.

 

Actualmente estamos buscando apoyo del gobierno, empresas públicas y privadas, para que podamos llegar a más pequeños de escasos recursos, para que accedan  al campamento completamente becados. Vamos creciendo poco a poco y estoy muy optimista con todo lo que está por venir.

Vestir nuevamente la camiseta de la selección Colombia en la Copa América de baloncesto, después 18 años representó un sentimiento muy grato e  indescriptible. Estar en mi país, en mi ciudad, con mi familia, con mi madre, que no me había visto jugar nunca con un equipo nacional me llenó de mucha felicidad y gran orgullo.

 

Para muchos de los aficionados he sido una especie de referente del baloncesto nacional, pero  tener la oportunidad de mostrarles tanto a ellos como a mi madre lo que uno hace día a día por este deporte, es un sentimiento muy positivo.

 

De este paso por el equipo tricolor, tengo que destacar que me encontré con grandes deportistas y mejores personas. Jugar para dos grandes técnicos como los profesores Guillermo Moreno y Tomás Díaz, por quienes siento gran respeto, fue todo un honor.

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Hicieron un excelente trabajo, pese a lo reducido que tuvo que estar nuestro cuerpo técnico, pues eran dos personas, mientras que en los otros equipos eran hasta diez. Pero el talento que tenemos en la selección nacional es muy alto. Cumplimos con nuestro compromiso al ciento por ciento, con un balance muy positivo en lo personal y el del equipo, pero tristemente no puedo decir lo mismo de la Federación Colombiana de Baloncesto.

 

Ellos se enfocaron más en lo que se veía hacia afuera y por la televisión, que por los requerimientos mínimos y necesarios para los que hacemos el show, para que los reales protagonistas del espectáculo estuviéramos bien. La verdad es hora de trabajar con más dedicación para que estemos en un verdadero nivel profesional.

 

Ahora Colombia tiene otro gran compromiso, buscar clasificación al Mundial que se realizará en China en el 2019, y estoy seguro que si hacemos ajustes, apoyamos e incentivamos a este grupo, lograremos cumplir con esta meta, pero si la situación actual no cambia será muy difícil.

 

Quiero estar nuevamente con la selección pero no tengo seguridad de poder hacerlo, pues estas eliminatorias se realizan de forma parecida a las de fútbol, con fechas de local y visitante, que se cruzan con mi temporada en Lituania.  Un sinsabor que no me limitará en las ganas y la fuerza para que Colombia tenga un lugar de privilegio entre los mejores del mundo.  Es así como cerca o lejos, todos debemos estar unidos por una bandera que busca sueños de grandeza y reconocimiento para nuestro deporte, el baloncesto.

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