La postura y el movimientoin
Cuando realizamos ejercicio físico no sólo estamos actuando sobre nuestro cuerpo sino que eso repercute en el conjunto de nuestro ser, ya sea a nivel químico, energético, emocional e intelectual. Estos conceptos son reconocidos y avalados por las investigaciones de la medicina deportiva moderna.
» show_quote_icon=»yes» text_color=»#5e5e5e» border_color=»#81d742″ quote_icon_color=»#81d742″]
El ejercicio físico y el desarrollo estratégico de sus movimientos son vitales para nuestro desarrollo. La utilización intencional del espacio-tiempo e intensidad de movimiento, mediante la utilización de técnicas específicas de las distintas manifestaciones, deben ser asumidas como posibilidades de enriquecer el rendimiento.
Los programas de actividad física así como los planes de entrenamiento del deporte de alto rendimiento, deben proporcionar etapas de relajación, resistencia, fortaleza muscular y flexibilidad. En la interacción del cuerpo con el espacio y el tiempo a través del movimiento, se construyen numerosos aprendizajes del ser humano.
[highlight color=’#ffffff’ background_color=’#08608f’]Es por ello que la falta de ejercicio o la mala práctica de éste, puede producir trastornos orgánicos como los cardiovasculares, o alteraciones de tipo psíquico, como la ansiedad. Por lo tanto su desarrollo y aplicación correcta supone no sólo la prevención de lesiones, sino que marca la diferencia en la relación entre la práctica adecuada y sistemática para mejorar el rendimiento motor que lleve a incrementar la disponibilidad física.[/highlight]
[highlight color=’#ffffff’ background_color=’#08608f’]Tanto la postura como el ejercicio en sí, ayudan a valorar los diferentes elementos que intervienen en la regulación del movimiento, siendo una herramienta muy útil en la prevención y tratamiento de lesiones en deportistas.[/highlight]
Es muy importante aprender correctamente el gesto deportivo para poder prevenir lesiones. El movimiento será fluido y correcto a partir de una posición de partida también buena. De aquí a que la valoración del deportista se hace en estática y en dinámica y en el movimiento específico del deporte.
De entrada, parece una contradicción hablar de postura, que es un concepto más bien estático, en relación al ejercicio físico, que implica movimientos repetidos, planificados y estructurados, y por lo tanto, más dinámico. Pero si nos fijamos en la variedad de deportes que se practican, veremos que cada uno implica un gesto deportivo concreto, o unas secuencias de movimientos parecidos y repetidos, que necesitan de un aprendizaje hasta automatizar ese gesto, con una estructura corporal en correctas condiciones.
Por ello es importante que el atleta o la persona que practique actividad física, tenga un conocimiento de su cuerpo y un control muy preciso de sus movimientos para ejecutar correctamente el gesto deportivo.

En el deportista la prevención es básica y su valoración está encaminada a detectar anomalías estructurales o funcionales que podrían derivar a patología y a detectar lesiones que se verían agravadas con el esfuerzo.
Es por eso que en el atleta la prevención debe ser básica, por lo que es necesario detectar alteraciones morfo estructurales que podrían agravarse con la práctica deportiva y poner atención a lesiones ya establecidas que con el deporte podrían empeorar.
Dentro de la variedad de deportes podemos ver como el morfotipo varía bastante de un deporte a otro. Claro que la persona del común o el atleta de rendimiento se pueden entrenar desde pequeños con constancia y mucha voluntad para llegar a ser los mejores, pero pueden haber características personales que pueden dificultar o facilitar la práctica de un deporte en lugar de otro.
[/image_with_text_over]