El Señor de las aguas y el deporte
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Andrés Botero Phillisbourne es un paisa de esos que a lo largo de su vida ha logrado destacarse en diferentes espacios. Se coonsolidó como deportista, empresario, dirigente y gestor del sector náutico y del deporte olímpico.
Su historia en el deporte empezó en el agua, desde los cuatro años de edad, cuando motivado por sus padres, heredó la creación de pequeños barquitos que funcionaban con motor eléctrico en los lagos cercanos a Londres.
Transcurría el año 52, cuando a bordo de un bote en aluminio diseñado para la pesca, la familia Botero radicada de nuevo en Colombia, fue tomando más cariño y afición por los ríos y lagunas del país, en medio de los cuales Andrés se llenó de motivos para dedicar buena parte de su vida al agua.
Una afición que pronto lo llevó a la competencia
Barrancabermeja fue su destino inicial en el alto rendimiento, cuando por primera vez y por allá en el año 59, participara y quedara de último vistiendo los colores de Antioquia. Esa casilla lo motivo para crecer en la práctica y lograr desde 1961 y por diez años consecutivos, el título como campeón nacional de esquí.
Triunfos y marcas que se fueron trasladando a Suramérica y al mundo, en varias expresiones del deporte que ya se había robado su corazón. Sin embargo, su afición por lo botes no quedó atrás, pues simultáneamente participaba en carreras programadas, que en 1959 navegando en una lancha de madera y motor Scott, le diera su primera victoria al mando del timón y la velocidad en unas Fiestas del Mar en la ciudad de Santa Marta.
[dropcaps color=» background_color=» border_color=» type=’square’]E[/dropcaps] n 1974 partió hacia los Estado Unidos en un busca de una buena formación profesional en la Universidad de Stanford, donde no solo hizo academia, sino que organizó el histórico equipo de esquí que aun se mantiene gracias al buen nivel los competidores que allí participan.
Allí, amigos de estudio como Mike Suyderhoud, Deivre Barnaad, Lars Bjork y Ron Goodrich, personalidades de alta calidad deportiva, fueron fundamentales en el mejoramiento competitivo de este colombiano que alcanzaría talla mundial, hasta el punto de conseguir el título en el certamen orbital organizado Tahití.
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ero sus ganas por el deporte no pararon allí. Fue entonces cuando se lanzó como promotor y gestor de certámenes de la magnitud del primer campeonato mundial deportivo realizado en Colombia, que en los años 70 con sede en el Club Los Lagartos de Bogotá, le mostraría al mundo las bondades del país por medio de un evento que aún se recuerda hoy.
Trabajo que lo perfiló a ser Presidente de la Federación Colombiana de Esquí, miembro de la Comisión Técnica Mundial de la disciplina, Presidente de la Confederación Panamericana, y por once años entre 1990 y 2001, la primera autoridad de la Federación Internacional de Esquí, siendo el segundo suramericano en manejar un organismo deportivo internacional al lado de João Havelange.
Pero la historia del [highlight color=» background_color=»]“señor del deporte y las aguas” [/highlight] no termina ahí. Con amigos como Ramiro Londoño y Antonio López, desarrolló una idea que desde 1986 venía tomando fuerza a través de empresa Pronáutica, estimulando las carreras y los rallies de velocidad por el río Magdalena, que cada vez y con mayor presencia, fueron creciendo y planteando la necesidad de organizarse como deporte.
Desde entonces[highlight color=» background_color=»] Andrés Botero no ha faltado a una sola cita de este recorrido por el corazón de Colombia[/highlight], en el que se olvida la realidad, se conoce el país a fondo y se hace familia con los cientos de habitantes de la ribera que flamean la bandera tricolor, como lo manifiesta él mismo.
En 1992 consigue la sede para el territorio nacional del Campeonato Mundial de Motonáutica en Ríos, en el que no tuvo una buena actuación, pero que le serviría para conocer los elementos técnicos y estratégicos del éxito, que ahora lo hacen portar trofeos y medallas como [highlight color=» background_color=»]campeón mundial en espejos de agua de Colombia y México.[/highlight]
Victorias que aún son comunes en todos los llamados de la Federación Colombiana de Motonáutica, que durante los últimos años ha venido desarrollando un calendario de competencia para [highlight color=» background_color=»]mantener viva la adrenalina de los motores y la velocidad sobre el agua.[/highlight]
Estos logros no pueden separarse de las medallas históricas de los deportistas nacionales en eventos del ciclo olímpico y campeonatos mundiales en múltiples deportes, desde el año 2000 hasta nuestros días.
[dropcaps color=» background_color=» border_color=» type=’square’]L[/dropcaps]uego, en su faceta se servidor público, desde la dirección de Coldeportes, además de la posición de privilegio que ocupó como miembro del Comité Olímpico Internacional, Andrés Botero siguió moviendose como pez en el agua, entregando al país resultados positivos en el crecimiento de los altos logros y el deporte social, gracias a la ejecución de programas y eventos que promocionaron a la nación y a las ciudades de destinos deportivos de alto impacto.
[dropcaps color=» background_color=» border_color=» type=’square’]A[/dropcaps]hora, fuera de los principales establecimientos del deporte en Colombia, pero con el corazón y la mente intactas por los logros y la herencia que hoy son plenos, el “señor del deporte y de las aguas”, promotor y protagonista desde todos los caminos de su actividad náutica y el deporte olímpico nacional, aparece como figura para nada difusa, para seguir inspirando por mucho rato más a una organización que requiere de más empuje hacia la Colombia ganadora, galardonada y reconocida en el mundo por sus avances durante los últimos años..