[vc_row css_animation=”” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”full_width” angled_section=”no” text_align=”left” background_image=”19545″ background_image_as_pattern=”without_pattern”][vc_column css=”.vc_custom_1484171112070{padding-top: 10% !important;padding-bottom: 3% !important;}”][custom_font font_family=”raleway” font_size=”100″ line_height=”100″ font_style=”normal” text_align=”center” font_weight=”500″ text_decoration=”none” text_shadow=”no” padding=”” margin=”” color=”#496649″][/custom_font][vc_row_inner row_type=”row” type=”full_width” text_align=”left” css_animation=””][vc_column_inner][vc_column_text]

Helmut Bellingrodt

[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text]

Un barranquillero que puso a soñar a Colombia con la primera medalla olímpica de su historia

[/vc_column_text][vc_row_inner row_type=”row” type=”full_width” text_align=”left” css_animation=””][vc_column_inner][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=”” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”grid” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern” css=”.vc_custom_1476465984972{padding-top: 15px !important;padding-bottom: 30px !important;}”][vc_column width=”1/2″ css=”.vc_custom_1476464285906{padding-top: 25px !important;padding-right: 25px !important;padding-bottom: 25px !important;padding-left: 25px !important;}”][blockquote text=”Hace 80 años, los deportistas en Colombia eran unos jóvenes soñadores, que sentían gusto por el ejercicio que hacían y por las metas reales o imaginarias que se trazaban, como por ejemplo, estar presentes en esos torneos internacionales que veían reseñados en pequeños rincones de los diarios de entonces.” show_quote_icon=”yes” text_color=”#7a7a7a” quote_icon_color=”#81d742″ border_color=”#81d742″][/vc_column][vc_column width=”1/2″ css=”.vc_custom_1476465119072{padding-top: 20px !important;padding-bottom: 20px !important;}”][vc_column_text]

Así pensaba Jorge Perry Villate, cuando quería ir a unos Juegos Olímpicos, sin que en Colombia existiera Comité Olímpico, y lo logró en 1932, en contra de las propias reglas del COI. Así soñaban también aficionados a semifondistas, como los bogotanos Hernando Navarrete y Hugo Acosta; los cartageneros Campo Elías Gutiérrez, saltador de largo, y José Domingo El Perro Sánchez, velocista; el comerciante barranquillero residente en Bogotá, Pedro del Vechio, aficionado a los saltos, y el fondista de Manta, Cundinamarca, Pedro Emilio Torres. Y tenían por qué soñar, pues a comienzos de 1936 ocurrían hechos en favor del incipiente deporte, como la expresa inquietud del alto gobierno, en favor de que Colombia participara en unos Juegos Olímpicos y el reconocimiento el 25 de junio, de la educación física, como profesión.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=”element_from_bottom” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”grid” angled_section=”yes” angled_section_position=”both” angled_section_direction=”from_left_to_right” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern” background_color=”#dddddd” css=”.vc_custom_1476475351764{margin-top: 10px !important;}”][vc_column width=”1/2″ css=”.vc_custom_1476465747442{padding-top: 20px !important;}”][vc_column_text]

Todo esto desencadenó en la constitución del Comité Olímpico Colombiano el 3 de julio de ese año, la integración del primer equipo a los Olímpicos y la participación en los Juegos de Berlín.

 

Finalmente, los seis atletas mencionados ganaron sus cupos, en competencias que se celebraron en la pista del Hipódromo de la Calle 53, en Bogotá; viajaron varios días en barco por el Atlántico hacia el Viejo Continente, y luego llegaron a Berlín, con el ánimo de ganarles a los mejores, pero pronto se dieron cuenta de su notable atraso, y su participación se convirtió en un viaje turístico y de conocimiento, en una fiesta que en esos Juegos empezó a cobrar el éxito pensado por su forjador, el barón Pierre de Coubertin.

[/vc_column_text][vc_single_image image=”16898″ img_size=”full” onclick=”custom_link” img_link_target=”_blank” qode_css_animation=”element_from_left” link=”http://www.claro.com.co/personas/”][/vc_column][vc_column width=”1/2″][image_slider_no_space highlight_active_image=”no” images=”15119,15118,15117″][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=”element_from_left” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”grid” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern” css=”.vc_custom_1476475335715{padding-top: 25px !important;}”][vc_column width=”1/2″ css=”.vc_custom_1484149061269{padding-top: 50px !important;}”][vc_column_text]

[dropcaps color=” background_color=” border_color=” type=’square’]E[/dropcaps]n conclusión…fueron, vieron y regresaron, para contarlo a sus familiares y amigos y quedar reseñados como los pioneros de la participación de nuestro país, en unos Juegos Olímpicos.

 

Comenzaba en Berlín, la verdadera historia deportiva de un país aún aldeano, que, precisamente en ese año de 1936 empezó a despertar ante el mundo, que vivía unos fuertes cambios sociales en favor de las clases obreras, introducidos a Colombia por su presidente, Alfonso López Pumarejo.

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″ css=”.vc_custom_1484149070197{padding-top: 50px !important;}”][vc_column_text]Después vendrían años de lento, muy lento, crecimiento deportivo. Se participaría por segunda vez en los Olímpicos, en los de la Postguerra, en 1948, en Londres, un modelo de austeridad, propio de un continente europeo empobrecido por la conflagración generada por los nazis, desde Alemania.

En ese momento, por “generación espontánea”, Colombia ya tenía figuras, como los vallecaucanos Jaime Aparicio, atleta de los 400 con vallas, y Luis Tiburón González, nadador; el samario Zadoc Guardiola, también vallista, y un grupo de futbolistas barranquilleros encabezados por Roberto Meléndez, el mismo en cuyo homenaje fue bautizado el estadio Metropolitano de la capital del Atlántico.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=”” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”grid” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern” css=”.vc_custom_1476465984972{padding-top: 15px !important;padding-bottom: 30px !important;}”][vc_column width=”1/2″ css=”.vc_custom_1476464285906{padding-top: 25px !important;padding-right: 25px !important;padding-bottom: 25px !important;padding-left: 25px !important;}”][image_slider_no_space highlight_active_image=”no” images=”15149,15150,15151″][/vc_column][vc_column width=”1/2″ css=”.vc_custom_1476465119072{padding-top: 20px !important;padding-bottom: 20px !important;}”][blockquote text=”Por la falta de apoyo económico, Colombia no participó en los Juegos Olímpicos de Helsinki, en 1952, y se perdió una opción de buena figuración con Aparicio, quien estaba en su mejor nivel.

Para 1956, en Melbourne, el periodista Mike Forero Nougués, quien había sido vicepresidente del Comité Olímpico Colombiano en la década anterior, lideró una colecta, que permitió la presencia de nuestro país. A partir de entonces, nunca Colombia ha dejado de asistir a unos Olímpicos.” show_quote_icon=”yes” text_color=”#7a7a7a” quote_icon_color=”#81d742″ border_color=”#81d742″][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=”element_from_right” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”grid” angled_section=”yes” angled_section_position=”both” angled_section_direction=”from_right_to_left” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern” background_color=”#e5e5e5″ padding_top=”20″ padding_bottom=”20″][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]

[dropcaps color=” background_color=” border_color=” type=’square’]Y[/dropcaps]fueron emergiendo los atletas que lograron la gloria deportiva; los dirigentes que respaldaron con tiempo –y en algunos casos con su propio pecunio – esas victorias; el gobierno, que se concientizó de la necesidad de apoyar el deporte; los medios de comunicación, que encontraron nuevos motivos para darle nuevos contenidos a sus informaciones; la empresa privada, que vio en el deporte de altos logros una oportunidad comercial, y el país entero, que desarrolló, aún de manera empírica, pero sincera, una vocación por el deporte, que se convirtió con el paso de los años, en un fenómeno social único.

[/vc_column_text][vc_single_image image=”15158″ img_size=”large” qode_css_animation=””][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]

[dropcaps color=” background_color=” border_color=” type=’square’]Y[/dropcaps]allí aparecen nuestros más preciados valores, los 22 medallistas olímpicos, que nos han dado 27 medallas: el tirador Helmut Bellingrodt y los boxeadores Alfonso Pérez y Clemente Rojas, en Munich 1972; Bellingrodt, de nuevo, en Los Ángeles 1984; el boxeador Jorge Eliécer Julio Rocha, en Seúl 1988; la atleta Ximena Restrepo, en Barcelona 1992; la levantadora de pesas María Isabel Urrutia, primer oro olímpico, en Sidney 2000; la ciclista María Luisa Calle y la pesista Mabel Mosquera, en Arenas 2004; la luchadora Jackeline Rentería y el pesista Diego Salazar, en Beijing 2008, y los héroes de Londres 2012: la ciclista Mariana Pajón, segundo oro olímpico de Colombia, el también ciclista Rigoberto Urán, el pesista Oscar Figueroa, la atleta Caterine Ibargüen, la judoca Yuri Alvear, el taekwondoga Oscar Muñoz, la luchadora Jackeline Rentería, por segunda vez medallista olímpica y el ciclista Carlos Mario Oquendo. Luego para Río 2016 los históricos tres oros de Oscar Figueroa en pesas, Caterine Ibargüen en salto triple y Mariana Pajón en BMX; luego las dos platas en deporte de combate como Yury Alvear en Judo y Yuberjén Martínez en Boxeo; y finalmente; los tres bronces a través de Luis Javier Mosquera en las pesas, Ingrit Valencia en el boxeo femenino y Carlos Ramírez en el BMX.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=”element_from_top” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”grid” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern”][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]

Para ellos, nuestros honores, pero también para los demás personajes que también lograron éxitos mundiales, como parte de esos 80 años de crecimiento y de consolidación de nuestro deporte olímpico. Pero también, el reconocimiento a mis antecesores en el Comité Olímpico Colombiano y a sus equipos de trabajo, que fueron trazando senderos de gloria; a los gobiernos que nos han apoyado, particularmente por la presencia de Coldeportes; a los institutos municipales y departamentales de deporte, incondicionales aliados en los últimos años, que siembran semillas en todos los rincones del país; a las federaciones deportivas nacionales, que han sido definitivas en nuestro crecimiento; a los aliados comerciales del COC; a mis compañeros del Comité Ejecutivo, con quienes creo estar realizando un trabajo muy comprometido, y a los colaboradores de la entidad, por ser muy profesionales en cada una de las tareas que desempeñan.

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][image_slider_no_space highlight_active_image=”no” images=”15160,15161,15162″][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=”” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”grid” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern” padding_top=”25″ padding_bottom=”25″][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]

[highlight color=” background_color=”]Las historia siguen como lo vivimos en Río 2016[/highlight], donde el balance es muy positivo para el país. Nos deja muy satisfechos, pero además con muchas expectativas para lo que viene para el deporte colombiano y comprometidos a [highlight color=” background_color=”]seguir mejorando[/highlight] dentro de esa línea de desarrollo constante que hemos tenido en los últimos años.

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]

Nuestro objetivo era superar lo logrado en Londres, que se alcanzaría con un mínimo de una medalla de oro y aumentando las platas o los bronces, o ganando uno o dos oros más. Los tres oros conquistados estaban dentro de nuestros planes y posibilidades, resultado que nos deja muy satisfechos, porque cumplimos con lo planeado y confirmamos que el deporte colombiano sigue en ascenso. Hoy ya estamos a la par de Cuba, una de las potencias latinoamericanas, y en una posición en el mundo, que nos deja muy satisfechos.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=”” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”full_width” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern”][vc_column][vc_raw_html]JTNDYSUyMGNsYXNzJTNEJTIyZmxvdGFudGVidG4lMjIlMjBocmVmJTNEJTIyaHR0cCUzQSUyRiUyRnNwb3J0bmF1dGEuY29tJTJGJTNGcGFnZV9pZCUzRDE1Mjk0JTIyJTNFJTNDaW1nJTIwY2xhc3MlM0QlMjJhbGlnbnJpZ2h0JTIyJTIwc3JjJTNEJTIyaHR0cCUzQSUyRiUyRnNwb3J0bmF1dGEuY29tJTJGd3AtY29udGVudCUyRnVwbG9hZHMlMkYyMDE2JTJGMTIlMkZidG52b2x2ZXItZW52ZW50YW5hLnBuZyUyMiUyMGFsdCUzRCUyMmJ0bnZvbHZlciUyMiUyMHdpZHRoJTNEJTIyODBweCUyMiUyMGJvcmRlciUzRCUyMjAlMjIlMjAlMkYlM0UlM0MlMkZhJTNFJTBBJTBB[/vc_raw_html][/vc_column][/vc_row]