El poco valor por

la persona y las dudas

hacia el talento

“Qué pena, yo quiero mucho a Falcao pero me parece que es un exfutbolista. Él tendría que pensar en dejar de ganar millones y millones para su iglesia,  que no es el gran contribuyente de su iglesia. Debe dedicarse a jugar al fútbol en un equipo de media tabla, donde pueda jugar 90 minutos…” Fueron las palabras de Iván Mejía Álvarez en el 2015 hacia el goleador de la selección, tras un partido ante su similar de Perú por las Eliminatorias Suramericanas.

[blockquote text=”Hoy, varios meses después, con la mente y el corazón de un guerrero, esa poca valoración de los “especialistas” queda aún más desvalorizada por los goles y liderazgo de Radamel Falcao García en sus presentaciones llenas de humildad, trabajo en equipo y goles.” show_quote_icon=”yes” text_color=”#5e5e5e” border_color=”#81d742″ quote_icon_color=”#81d742″]

Seguro ahora es fácil acomodarse en el discurso y será normal para quien carece de nobleza, pero más allá de la contradicción, es la forma la que más ruido despreciable genera por la carente valoración hacia el ser humano y las buenas o malas condiciones, por las cuales todos pasamos.

El pobre análisis de la vida y sus momentos, que pretenden mostrarnos desde los micrófonos, lentes y editoriales los “perfectos imperfectos”, es lo que le da razón a una Colombia Sin Sentido.

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