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Esquí Náutico

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Esta disciplina de alta competencia y mucho entretenimiento se hace más grande cuando con los pies desnudos o montados sobre esquíes, hombres y mujeres se deslizan sobre el agua tirados por lanchas a motor.

Los esquíes están hechos de madera, plástico o fibras de vidrio reforzadas, que se hacen cada vez más fuertes para las competencias que generalmente se desarrollan en pruebas de eslalon, saltos y acrobacias.

Sus orígenes deportivos se remontan a 1920 cuando empezó a practicarse simultáneamente en Estados Unidos y Francia. Los franceses tienen dos versiones: Mencionan como sus inventores a los integrantes de una compañía militar de los Chasseurs Alpins, en 1927, y por otro lado, al Conde Pulaski en Costa Azul. En Estados Unidos los pioneros fueron Ralph Samuelson en 1922 y el cineasta Fred Waller, en 1924.

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[text_marquee title=”Algunos conceptos:” title_color=”#969696″]

Slalom:
El esquiador es halado a través de una pista de 6 boyas, cada una ubicada en zigzag a una misma distancia del centro-eje (que es el camino del bote) y a una velocidad preestablecida por el esquiador que va desde las 26 hasta las 36 millas por hora. La longitud de la cuerda también varía desde los 18,25 metros hasta los 10,75, dependiendo de la pericia y categoría del esquiador.

Figuras:
Esta modalidad consiste en hacer dos recorridos durante los cuales el esquiador hará una serie de figuras que van desde el ‘side’, o giro salto de 90 grados y regreso a la posición original, hasta las acrobacias llamadas ‘toe’ en las que el esquiador se sujeta de la cuerda con un pie. Entre las acrobacias más conocidas están los giros de hasta 720 grados (o dos vueltas), los ‘wake’ que son estos mismos giros pero pasando sobre la estela que deja el bote, y los ‘flip’ en los que el deportista aprovecha esta misma estela para hacer una voltereta.

Saltos:
En esta modalidad, el esquiador toma impulso y salta sobre una rampa cuya altura varía entre los 1,5 metros, para infantiles, juveniles y damas, hasta los 1,80 metros, para la categoría maestros. A una velocidad del bote de 57 km./h un esquiador avezado puede entrar a la rampa a 130 km./h y ‘volar’ 63 metros.

Calentamiento:

Calienta siempre antes de iniciar la actividad, dale importancia al calentamiento de las articulaciones, no olvides calentar el cuello y la cadera intensamente.

Unos minutos de flexibilidad:

La flexibilidad permitirá a tus articulaciones flexar ante una caída sin romperse, aguantar las olas y los borregos con más agilidad y evitar lesiones en tus hombros en los giros cerrados.

Trabajo abdominal:

No es necesario hacerlo antes de la actividad pero sin mantener una constancia casi diaria en este asunto. Una cintura fuerte y desarrollada nos permitirá mantener el centro de gravedad estable aun en la peor condición y en las máximas velocidades.

La forma física:

Un esquiador necesita una buena resistencia a la fuerza, el entrenamiento tres o cuatro días a la semana con pesas, es importante.

La técnica:

No es mi fuerte este tema, ya que soy poco mas que una aprendiz, pero lo que si te puedo decir es que tienes que trabajar las rodillas como si fueran unos amortiguadores, mantener siempre la flexión ideal antes y depuse de cada golpe de agua y mantener las oscilaciones laterales en la piernas y no pasarlas a la cadera. Los codos bien altos y en ligera flexión, sobre todo al inicio, el centro de gravedad estable y bajo.

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