[dropcaps type=’normal’ font_size=” color=’#ffffff’ background_color=’#1e73be’ border_color=”]E[/dropcaps]l proyecto de Ley del Entrenador Deportivo ha sufrido una frenada en seco, en su tránsito a convertirse en Ley de la República, por supuestas objeciones de inconstitucionalidad e inconveniencia, que supuestamente debilitarían el peso legal de la nueva ley.
Todo este estado de cosas, por su procedencia y por algunas circunstancias que rodearon la discusión y aprobación del proyecto de ley en la plenaria del Senado de la República, nos genera muchas dudas, pues más que argumentos jurídicos de peso, que efectivamente puedan falsear el alcance legal de este importante instrumento regulador de una profesión, que la misma Corte Constitucional ha advertido sobre el riesgo social que podría existir, cuando una persona, sin la debida formación académica y experiencia, se dedique a ejercer funciones como entrenador deportivo, yo interpreto que en esta maraña de supuestos vicios de inconstitucionalidad e inconveniencias, se ocultan intereses particulares de actores del sector, que no sabemos a qué le juegan.